MONUMENTO A RAMÍREZ (Por Roberto Romani)

Ante el nuevo aniversario de la muerte del Supremo Entrerriano, evocamos aquel otoño cordobés, cuando la hermandad de los pueblos hizo posible la referencia artística y el aplauso de la gloria.
Fue el 15 de abril de 2010, al caer la tarde. Los gobernadores de Entre Ríos y Córdoba inauguraron la plaza y el monumento en homenaje a Francisco Ramírez, en San Carlos de la Esquina, a pocos metros del viejo “Camino Real”, el mismo que recorrieron en otros tiempos San Martín, Belgrano, Lavalle, Lamadrid y Quiroga, como paso obligado al Alto Perú.
Con la emoción propia de quien pretende eternizar el asombro irrepetible, miramos el paisaje del norte cordobés, con las particulares estribaciones de las sierras de Ambagasta y Sumampa, casi en el límite con la provincia de Santiago del Estero, triste escenario donde el Supremo Entrerriano entregó la vida el 10 de julio de 1821, después de ofrecer su lanza de coraje y el último gesto de amor a Delfina, su compañera.
Allí, en la soledad de los pájaros libres, a 10 kilómetros de San Francisco del Chañar, recordamos ante maestros y niños de escuelas rurales, los 35 años del caudillo federal, nacido en Concepción del Uruguay, el 13 de marzo de 1786 y que, después de recibir la formación del fraile Mariano Aguero, se convirtió en alcalde de su pueblo, siendo aún muy joven.
También evocamos a Pancho Ramírez pronunciándose favorablemente a los ideales de Mayo; incorporándose con decisión y convicción democrática a los sueños de Artigas, que se hicieron realidad mediante la creación de la Liga de los Pueblos Libres y la declaración de la independencia en el Congreso de Oriente, el 29 de junio de 1815.
Revivimos sus triunfos en Arroyo Ceballos (1817), ante Montes de Oca, y en Saucesito (1818), ante Marcos Balcarce.
Después , la gran victoria ante el general Rondeau, en los campos de Cepeda, y la firma del Tratado del Pilar, el 23 de febrero de 1820, con los representantes de Buenos Aires y Santa Fe, que provocó la reacción del Protector de los Pueblos Libres y el posterior enfrentamiento de los caudillos en varias batallas libradas en territorio entrerriano y correntino.
Cuando las primeras sombras de la noche nos indicaron la partida, nos pareció escuchar un viejo clarín que ordenaba entrar en combate, mientras la voz del Supremo Entrerriano, creador de la República de Entre Ríos, el 29 de septiembre de 1820, se alzaba por encima de la indiferencia y de la muerte:
“Entrerrianos: el pabellón de la República se ha enarbolado para proclamar al mundo que ha llegado al Entre Ríos la época de su grandeza.
Soldados: esta bandera tricolor es el distintivo de vuestra heroicidad, servidle con amor y sostenedle con firmeza.
Compatriotas: yo marcharé al frente de vosotros y guiaré vuestros pasos hacia un feliz destino. Marchemos hacia el sud que ha llegado el día de vuestra gloriosa libertad”.
ROBERTO ROMANI

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