
El 30 de mayo se celebra en Argentina el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos, en recuerdo del nacimiento del hijo de la primera paciente que dio a luz después de haber recibido un trasplante hepático en un hospital público, lo que representa la posibilidad de vivir y dar vida después de un trasplante.
Los trasplantes son posibles gracias a los donantes que manifiestan su voluntad positiva hacia la donación y al trabajo y compromiso de los profesionales de la salud que toman el proceso de donación y trasplante como una actividad cotidiana.

Según la legislación vigente, aunque toda persona adulta es considerada donante presunto, existen distintas formas de dejar constancia expresa de la voluntad.

En el caso de menores de edad, la ley requiere la autorización de los progenitores o representantes legales para proceder con la donación. Desde 2018, basta con el consentimiento de uno de los padres si está presente. Esto simplificó los procesos en situaciones que antes quedaban trabadas por la falta de acuerdo o la ausencia de uno de los tutores.
Cada historia detrás de una donación carga con decisiones complejas, instancias sensibles y una estructura que debe garantizar respeto, transparencia y rapidez. En esa red articulada, la ley, el sistema de salud y la voluntad de la ciudadanía confluyen en una misma dirección: la posibilidad de dar vida, aun en el dolor. Porqué donar órganos es dar vida. 
